UN DESCANSO EL FIN DEL PROCESO ELECTORAL

UN DESCANSO EL FIN DEL PROCESO ELECTORAL

   En vísperas de las elecciones, el pueblo todavía sigue dudando el sentido de su voto, porque nada importante se dijo durante la campaña electoral, que por fin concluyó el domingo pasado, sin que se pudiera percibir algo digno de tomarse en cuenta y que influyera en la opinión ciudadana. Eso sólo en referencia a las candidaturas a gobernador, de los que nada más cuatro se dieron a conocer, porqué los otros tres brillaron por su ausencia, igual que los aspirantes a una diputación y a las presidencias municipales. Parece que la situación ha sido similar en todas las entidades en que habrá elecciones el próximo 5 de junio, porqué los partidos políticos conocidos y con mayor antigüedad están muy desgastados, unidos al presupuesto y a la mediocridad, y los nuevos, que han abundado porque más que la política les interesa el negocio que representan sin riesgos ni inversiones, no han logrado despertar las mínimas simpatías. Conservan su registro por el invento de las alianzas, que también les garantizan algunas curules con las que justifican su raquítica existencia.

   Por la información de los diarios nacionales podemos darnos cuenta  de que la crisis política es casi la misma, que las alianzas son semejantes y que las candidaturas con más posibilidades de llegar a las  gubernaturas son las ligadas al poder estatal o al federal, pero que casi ninguna cuenta con el apoyo popular, así como que la izquierda y la derecha han desaparecido, mientras los independientes esperan una mano protectora que los ayude a levantarse. Como reflejo de la realidad nacional, también en los diferentes estados en que habrá elecciones está presente la corrupción, el tráfico de influencias, la compra de votos, la seguridad de las urnas embarazadas, sobre todo en las zonas marginadas que son las más numerosas y las que tradicionalmente inclinan la balanza en favor del vencedor, con la única excepción del Distrito Federal, ahora alevosamente llamado Ciudad de México donde la población ha demostrado mayor capacidad política y consciencia cívica.

   Volviendo a Oaxaca, nos encontramos  con que de los cuatro candidatos dos no son oaxaqueños, uno ni siquiera cuenta con el requisito de la residencia, aunque ilegalmente la autoridad municipal le haya dado una falsa constancia, y el otro se ha dedicado más a la guerra sucia que a promover su candidatura. En sus últimas declaraciones ha informado que a los cuestionamientos que pesan sobre el gobernador del estado y su operador financiero, Jorge Castillo Díaz, se suma el patrimonio construido como funcionario público por el candidato de la alianza PAN-PRD, José Antonio Estefan Garfias, quien como delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social, adquirió cuatro propiedades en Texas. Robles Montoya, senador promovido a esa posición por su entonces amigo Gabino Cue, rechazó la imposición de Estefan Garfias, pues él se creía el candidato natural de la actual administración, y al verse objetado pasó a convertirse en el principal detractor de este candidato, buscando la postulación por el Partido del trabajo  para debilitar y dividir más a la izquierda y apoyar indirectamente al candidato priista.

   En cuanto al candidato del Partido de Regeneración Nacional, Salomón Jara, no es aceptado por la ciudadanía por sus negros antecedentes, a pesar de que ese partido cuenta con bastante simpatía y partidarios, porque ha mantenido una trayectoria aceptable, pero que para buscar el posible triunfo de su candidato, firmó con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación un convenio por el que se compromete, de lograr el poder, a devolver el manejo del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca a la sección 22, por lo que en su consejo político  extraordinario, este organismo acordó orientar a los trabajadores de la educación, padres de familia y sociedad en general, a votar por Morena. Los resolutivos indican que tras una serie de discusiones se propuso el  “voto de castigo” a los partidos firmantes del Pacto por México. Este voto alcanzaría a Robles Montoya, porque como senador aprobó la reforma educativa. En el caso de Morena, los participantes de ese consejo reconocieron el respaldo que les ha dado el candidato Jara y el líder nacional, como sección sindical y como miembros del Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación de Oaxaca.

   En relación a los otros candidatos, su campaña ha sido nula, y sólo en el caso de la Presidencia Municipal de la ciudad de Oaxaca de Juárez, dos han hecho planteamientos y ofrecido algunos cambios en sus programas de trabajo: Sergio Bello, por la coalición PAN-PRD, y José Antonio Hernández Fraguas, de la alianza PRI-PVEM, pero este estaría ante una reelección, pues ya ocupó el cargo y renunció a él para pasar a desempeñar otra comisión política dentro de su propio partido. Los otros candidatos son desconocidos, por lo que la elección es más difícil, aparte de que, de acuerdo con las encuestas realizadas, el abstencionismo figura en primer lugar, a pesar del derroche económico de los candidatos mencionados, cuya publicidad ha sido desmedida hasta en medios que poco se ocupan de la noticia política, que ya tiene cansada a la ciudadanía y que con agrado espera el final de este proceso electoral, aun cuando también espera temeroso el resultado de las elecciones, del que advierte una imposición por el manejo de toda la maquinaria oficial, nacional principalmente, cuya intervención no se ha podido ocultar. Sólo una abrumadora votación en favor de otro candidato, rescataría a Oaxaca de un retroceso a la época del despotismo y la mano dura para gobernar.

abelsantiago30336@yahoo.com.mx