TEPETOTOTL En la democracia debe permanecer el respeto
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En la democracia debe permanecer el respeto
Por Fernando Hernández Flores
Nuestro país vive momentos complicados, donde, cómo les he comentado a algunas personas, la violencia no se combate con violencia. El descrédito, la mentira y la discriminación en nada nos benefician reaccionando de la misma la manera. Ya no más veneno ni denigración, es tiempo de sumar esfuerzos y de pensar, que cada uno de nosotros aportamos algo en la construcción y consolidación de ésta maravillosa nación. Las generaciones venideras están a la espera de recibir con ansias y tener entre sus manos el destino de lo que será su país, su estado, su pueblo, su casa, debemos confiar en nuestras autoridades, pero debemos caminar conforme a derecho.
No abusemos en exceso de las circunstancias y de las enormes carencias. No hagamos caso a los falsos profetas que sólo pretenden hundirnos más entre el rencor, el resentimiento, el odio, la impotencia y la desesperación. Porque la nave no es de papel, ni de agua, ni de polvo, porque en la nave no están especies en extinción, donde prevalezca la cultura del más fuerte, sino que están seres humanos que aspiran, que desean, que sueñan, que quieren, que proponen, que tienen ideas, que esperan la oportunidad de darle el valor a lo que realmente vale.
Demostrémonos que es posible mover las mentes y los corazones, que es posible la convivencia entre el ethos (ser) y el logos (significado), que es indispensable tener mejores condiciones para ir hacia una democracia más justa. La sensibilidad en lo sublime, la política en lo político, la república en la democracia.
Nuestros pueblos indígenas, nuestros trabajadores del campo, nuestros obreros, nuestros empleados, nuestros profesores y profesionistas, nuestros técnicos y especialistas, nuestros pescadores, nuestros jóvenes, nuestros deportistas y discapacitados, nuestras mujeres y amas de casa, nuestros niños y adultos mayores, nuestros comerciantes y empresarios, nuestras autoridades y el pueblo, todos debemos marchar unidos. Y no es, porque los que mencione y los que me faltaron de mencionar sean nuestros, sino porque todos somos uno, todos somos la patria.
Para una democracia más justa, más adecuada y más acorde a nuestro tiempo, necesitamos abrir los canales del diálogo, el consenso, la concertación, el acuerdo, la conciliación. La colectividad extiende bien sus raíces y fructificará en esa interconectividad, en esa empatía, en esa interculturalidad, en esa sinergia que nos llevará a ser más productivos y eficientes en un Estado democrático. El respeto debe prevalecer, más nada en demasía puede hacernos perder el juicio.
Paxkatkatsini venandiz@hotmail.com Twitter @tepetototl