SÓLO EL CAMBIO DETENDRÍA LA REBELIÓN POPULAR De buzón a buzón 399
SÓLO EL CAMBIO DETENDRÍA LA REBELIÓN POPULAR
En una colaboración reciente, cuando anunció el gobierno federal la liberación de precios de los combustibles a partir de este año, la comenté como otro golpe a la economía popular, a pesar de que se informó que el incremento sería mínimo, aunque gradual, el primero a finales de este mes de enero, y así sucesivamente, como en el nefasto sexenio del alcohólico Felipe Calderón Hinojosa. Sin embargo, como ha ocurrido con todos los golpes de Peña Nieto, se produjo en forma exagerada y sorpresiva desde el primer día de este año, lo que de inmediato despertó la ira popular, pues la elevación de precios ha sido generalizada a todos los productos, bienes y servicios, mientras el salario mínimo apenas llegó a los 80 pesos diarios, y las millonarias cantidades de pesos repartidas a la clase política como compensaciones de fin de año fue tan grande como nunca se había visto, lo que fue el chorro que derramó el vaso, como se dice vulgarmente. Esto significa que si el actual gobierno logra sobrevivir los dos años que le quedan para concluir su sexenato la ruina del país será total, si es que en alguna forma pudiera detener el descontento general, manifestado todos los días en diferentes entidades de la República.
Ese descontento popular reprimido pero latente durante poco más de cuatro años se estaba convirtiendo en rebeldía, hasta que se recurrió a una de las estrategias más burdas y detestables para desorientar a la opinión pública, enviando a porros, malvivientes y miembros de la delincuencia organizada encapuchados a asaltar tiendas de autoservicio y departamentales, destruyendo parte de su mobiliario para robar artículos electrodomésticos, joyería, televisores, teléfonos celulares y otros objetos valiosos, culpándose de ello a los inconformes con el llamado gasolinazo. En las fotografías y videos que fueron difundidos se ve a personas con el rostro descubierto y a las fuerzas armadas sólo como espectadores, aunque después se informó que había más de mil 500 detenidos, de los que a ninguno se siguió el juicio correspondiente, pero sí se supo que en poco tiempo fueron puestos en libertad. El aparente remedio, del que nuevamente fue víctima el comercio establecido, tuvo un efecto positivo transitorio, porque casi de inmediato la reacción fue de mayor protesta contra la delincuencia y quienes la ocuparon para culpar al movimiento rebelde. Este lo integran amas de casa, estudiantes, profesionistas, intelectuales, trabajadores, campesinos y toda la población que sufre las consecuencias de la carestía, desempleo y mal gobierno.
Un cambio de táctica, con nulos resultados por estar fuera de la realidad, fue el mensaje tardío de Peña Nieto a los mexicanos con motivo del año nuevo, por el que quiso justificar el incremento al precio de las gasolinas, al decir que de mantenerlo de forma artificial hubiera implicado para el país erogar 200 mil millones de pesos anuales. Ejercer esos recursos en preservar el costo anterior de los hidrocarburos, añadió, hubiera sido equivalente a cancelar programas sociales, detener la operación del IMSS en cirugías y consultas o suspender el seguro popular. A todos nos consta que tanto el IMSS como el ISSSTE y otras instituciones de servicios sociales se habían mantenido con recursos suficientes con las aportaciones obrero patronales y de derechohabientes, pero que desde hace varios sexenios sus autoridades comenzaron a saquearlas hasta llegar casi a la quiebra, pero que su buen manejo volvería a darles el crecimiento que tenían. De igual manera, la estabilidad económica a la que se refirió Peña Nieto se mantenía equilibrada, a pesar de priistas, panistas y perredistas. Pero el desequilibrio se acentuó a partir de la firma del Pacto por México, que mucho ha redituado a los dirigentes de los partidos políticos registrados. Esto es lo que ha provocado la falta de liderazgo, por eso el movimiento rebelde se maneja solo y el intercambio de opiniones se ejerce principalmente a través de las redes sociales, lo que hasta la fecha ha restado fuerzas a la organización de las protestas que se inclinan por el cambio.
Un intento más de Peña Nieto para justificar su equivocada política económica y social fue la firma del Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar, el pasado lunes, como un primer paso para atender uno de los varios desafíos que enfrentará el país este año. Aseguró que con este nuevo pacto se da respuesta a las preocupaciones que generó en la sociedad el aumento a las gasolinas. Lo suscribieron los miembros del gabinete presidencial, los representantes de los diversos sectores priistas y la mayoría de dirigentes del sector empresarial. La Confederación Patronal de la República Mexicana se negó a firmarlo, porque consideró que “es improvisado, incompleto e insuficiente, y puede ser catalogado como una estrategia de comunicación o imagen pública”, lo que en rigor es, puesto que se establece el compromiso de que en lo sucesivo no habrá ningún otro aumento de precios, lo que es ilógico, porque al menos los transportistas ya están encareciendo sus servicios por el costo de la gasolina, ya que no tienen otra forma de pagarla. Explicó la COPARMEX que no está en contra del gobierno, pero si en favor de un acuerdo real, de compromisos concretos en beneficio de todos los mexicanos. La mejor prueba de que este nuevo pacto es como el anterior, es que la Confederación Nacional de Gobernadores advirtió que con el gasolinazo está en juego la gobernabilidad y la estabilidad social del país. Las consecuencias de la necedad peñanietista se verán muy pronto, porque en esta ocasión el pueblo está consciente de que lo peor de la crisis se avecina, por lo que insiste en que sólo el cambio detendrá su rebeldía.
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