* El “chiquillo verde” se queda solo… y apenas va empezando
Por Raúl González Nova
Almoloya de Juárez, Méx. – Ni el tiempo que dura una promesa sin cumplir alcanzaron a resistir. A menos de 100 días de haber asumido el cargo, el alcalde Adolfo Solís Gómez, mejor conocido como el “chiquillo verde”, ya fue abandonado por tres de sus personas de mayor confianza: los titulares de Cultura, Educación y Mejora Regulatoria le dijeron “con permiso” y salieron por la puerta sin mirar atrás.

Y es que, seamos sinceros, el arranque de su administración no fue precisamente digno de presumirse. Empezó sin pagar la primera quincena de enero, como si los trabajadores vivieran del aire. Luego vinieron los tropiezos de siempre: basura sin recoger, agua que aparece como milagro y una seguridad pública que parece más leyenda urbana que realidad.
El caos no solo llegó temprano, sino que parece haberse instalado cómodamente. Con este nivel de eficiencia, no sorprende que hasta los suyos prefieran bajarse del barco antes de que la música deje de sonar.
Porque si así están las cosas en el primer acto… imaginen el desenlace.
Eso sí, algo hay que reconocerle: no cualquiera logra descomponer una administración tan rápido. Todo un récord municipal.