RECUPEREMOS LA DIGNIDAD DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA
Innegablemente, que la mayoría de nuestro Congreso (Senado y Cámara de Representantes), no viene cumpliendo fielmente con sus funciones y responsabilidades con sus electores ni con el país; existiendo un creciente descontento, por las decisiones impopulares que la mayoría de los Senadores y Representantes a la Cámara suelen tomar. Indiscutiblemente, les ha faltado grandeza, por su escaso liderazgo, sinergia, trabajo en equipo con las Organizaciones Sociales. Poca capacidad de gestión parlamentaria e independencia mental al debatir, aprobar o negar los proyectos de ley, las propuestas y ejercicio del control político. Los Congresistas deben incidir más en las decisiones que se toman con la suficiente autonomía y que su labor se refleje en beneficio del pueblo que los elige y empodera. Hasta ahora la coalición mayoritaria ha sido, inferior al reto y responsabilidad que el pueblo les ha encomendado. Sería significativo, que periódicamente convocaran a sus electores y rindan cuentas claras de sus iniciativas y del resultado de su gestión legislativa. Porque muchos parecen ser apéndices del Ejecutivo. Desconociendo la independencia, el equilibrio de poderes y la democracia.
Los miembros del Congreso de la República, como representantes elegidos por la ciudadanía, deben actuar en su cargo, consultando siempre la justicia y el bien común. Por lo cual son responsables políticamente ante la sociedad y frente a los electores que los empoderaron, para el fiel cumplimiento de las obligaciones propias de su investidura. Pero infortunadamente, la mayoría, han sido inferiores a las responsabilidades que la dignidad del cargo amerita, no cumplen adecuadamente con sus funciones y compromisos; no legislan en favor de las mayorías ni en beneficio de los superiores intereses del pueblo y del desarrollo armónico sostenible y competitivo de nuestra Nación, sino que se sujetan sólo al querer mediático del Ejecutivo, atendiendo a sus particulares intereses y a los mezquinos y excesivos privilegios de la élite codiciosa del país. Instamos vehementemente, a nuestros Congresistas y dirigentes políticos, a dejar a un lado el protagonismo individual, los resentimientos infundados, el egoísmo, la envidia, la intolerancia, la insensibilidad social, porque los intereses particulares, nunca deben prevalecer sobre los generales del pueblo.
El gran desafío y responsabilidad histórica que tienen todas las ciudadanías libres de Cartagena, Bolívar y Colombia; en especial, la Dirigencia Social, Sindical, Pensionados, Académica, Estudiantil, Comunal y Comunitaria. Es diseñar, construir e implementar urgentemente una estrategia efectiva, que conduzca a liderar un Movimiento Determinante en el seno de las bases; para no dejarse marginar de las decisiones que redunden en beneficio del pueblo cartagenero, bolivarense y colombiano. Asumiendo una reflexiva y clara posición. Procurando que los votantes, se pellizquen duro, reaccionen en consecuencia, se conciencien y decidan a votar masivamente y eligiendo en adelante a los mejores hombres y mujeres en el Congreso de la República. Ya que el artículo 133 de nuestra Carta Política, contempla que, “los miembros de los Cuerpos Colegiados de elección directa representan al pueblo, y deberán actuar consultando siempre la justicia y el bien común. El elegido es responsable políticamente ante la sociedad y frente a sus electores del cumplimiento de las obligaciones propias de su investidura”. La ciudadanía tiene que ejercer siempre el control social.
Es inaplazable que recuperemos la dignidad del Congreso de la República. Construir y cultivar credibilidad y confianza en las instituciones democráticas, para que existan verdaderas garantías en nuestro estado social y democrático de derecho. Rechacemos el saboteo a importantes temas, como la aprobación del Presupuesto Nacional, el del subsidio a los medianos, pequeños y microempresarios, la implementación del trascendental Acuerdo de Paz, etc. En donde no se ha tenido en cuenta las propuestas de los Congresistas de la oposición ni de algunos independientes. Todo lo aprueban a pupitrazo limpio. Este es el momento histórico propicio para reflexionar y analizar; con el firme propósito de discernir con claridad meridiana, antes de votar por las opciones al Congreso, en las próximas elecciones. Porque urge la transformación a fondo de las torcidas prácticas políticas, económicas, administrativas, éticas, morales y culturales dominantes; ya que en política no bastan los requisitos, se requieren calidades, cualidades y méritos suficientes para regir con dignidad los destinos de los pueblos.