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Políticos: Nunca Admiten sus errores.

Políticos: Nunca Admiten sus errores.
En ocasiones una situación puede aparentar ser amenazadora, que puede o no derivar en un escándalo. Parece que algunos líderes pueden haber dicho o hecho algo que puede o no ser correcto, muchas veces depende de los intereses individuales, de las circunstancias del momento, y/o nuestra comprensión o interpretación de la ley
Cuando una filtración de información comienza a surgir, algunas pueden ser reales y otras veces inventadas. La prensa lo recoge, comienzan a volar las preguntas; ¿quién sabe qué, cuándo, dónde, porqué? Y El escándalo domina los medios de comunicación.
¿Suena familiar? No me estoy refiriendo a ningún contratiempo en particular; sino que este es un patrón de todo escándalo de índole político. Es un juego; lo hacen mal, lo niegan; tratamos de atraparlos en una mentira. El más afortunado sigue adelante con ello, mientras que el menos afortunado “hace una especie de retiro espiritual”.
Me pregunto, si un líder tiene el coraje de mirarnos colectivamente a los ojos, para admitir un error y prometer cuidarse mejor en el futuro, ¿no sería mejor al corto o al largo plazo?  El Electorado es realista,  sabemos que todos cometen un desliz ocasionalmente y la mayoría de nosotros perdonaremos y olvidaremos frente a una admisión honesta.
El líder que accidentalmente hace algo incorrecto, debe admitir su pecado y rehabilitarse a los ojos de su pueblo y a los ojos de Dios, aquellos que han ostentado por probar las mieles del poder, que se retuercen, giran y niegan cualquier error, muchas veces al extremo de destruir sus carreras en el proceso. Es el encubrimiento que los sumerge siempre.
En ocasiones todos nosotros nos salimos del carril, tanto en nuestro matrimonio, asuntos financieros o relaciones. Tenemos la opción de negar el pasado y rehusarnos a dedicarnos al futuro, o actuar como un verdadero líder y enfrentarnos a nosotros mismos. La tentación se desliza sigilosamente en el inquieto espacio de la vida, y el engaño y la soberbia en nuestro camino sobrepasan el problema. Sin embargo esta liviana opción sólo nos llevará más dentro de la suciedad, como el encubrimiento acrecentó el pecado original.
Sólo cuando estamos preparados para enfrentar a nuestros demonios, honesta y públicamente nos comprometemos a mejorar, demostramos nuestra capacidad de auto invención, re vigorización y verdadero liderazgo.

Por:

Licda. Jacqueline Mejía C.

Abogada, Periodista, Docente de la EPPAC

Miembro Junta Electoral Santo Domingo Este

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