PATERNIDAD PARTICIPATIVA, UNA FORMA DIFERENTE DE RELACIONARSE EN LA FAMILIA
PATERNIDAD PARTICIPATIVA, UNA FORMA
DIFERENTE DE RELACIONARSE EN LA FAMILIA
* Alternativa contra roles tradicionales que a veces engendran violencia
Toluca, México, 19 de junio de 2015.- La paternidad participativa es una manera de cambiar el rol tradicional del padre que sólo se limita a ser proveedor y figura autoritaria, que trata de forma distinta a hijas e hijos, y cuyos esquemas, al ser reproducidos, pueden engendrar violencia, estableció el especialista en masculinidades, David González Romo.
Al dictar una conferencia en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, indicó que dar por sentado que a hombres y mujeres les toca jugar diferentes roles por razón de género, es motivo de desigualdad, reparto inequitativo de responsabilidades en la familia y en el peor de los casos, origen de agresiones hacia la mujer y los hijos.
El asesor del Centro de Atención y Reeducación para personas que ejercen violencia de género en la entidad, sostuvo que en los tiempos actuales, es necesario modificar la conducta para ser un padre equitativo, que sale de los esquemas habituales, que desarrolla su capacidad de empatía y acercamiento afectivo con sus descendientes.
Ante personal de la Codhem y miembros del Consejo Ciudadano para la Prevención y Eliminación de la Discriminación, manifestó que el padre participativo, es quien educa a hijas e hijos con igualdad, sin destinarlos a cumplir roles de debilidad y fortaleza, respectivamente, por tanto, puede ser amoroso, abierto a platicar con su familia, dedicarse a labores del hogar, ayudar a la tarea de sus hijos e incluso enseñar a los varones a ser así, sabiendo que eso no significa que dejarán de ser hombres.
González Romo, mencionó que existen varios tipos de padres que contrastan con esa actitud, como el “lejano” o tradicional, quien no se interesa en el desarrollo temprano de su bebé y deja de expresarle cariño cuando crece; el “ausente” o “fugitivo”, que puede o no estar presencialmente, pero es proveedor; el “migrante”, que se relaciona con los hijos por temporadas cortas; el “machista leninista” que ordena a su esposa lo que debe hacer, pero no es responsable de actividades que considera de mujeres; el “soltero” o “adolescente” que nunca formó una pareja y salió huyendo ante la responsabilidad que debe asumir, entre otros, por lo que exhortó a replantear esos esquemas para tener una mejor relación familiar.