Apuntes y aderezos
Quienes escribimos o por algún otro medio hacemos públicas nuestras opiniones, muchas veces caemos en el error de plasmar –unos con menos sutileza que otros– nuestras preferencias o deseos cuando nuestra función debería concretarse solo a hacer diagnósticos, basándonos en la percepción que tengamos sobre la materia o el tema que abordemos. Obviamente no soy la excepción y al hablar del proceso electoral que aún no concluye, como todo ser humano tuve deseos que aquí dejé entrever. Si bien éstos no nacen de un interés individual propio, sí encerraban la esperanza de verme beneficiado como parte de la colectividad. Algunos se cumplieron, otros no y a continuación describo a usted las causas que están moldeando mi estado de ánimo postelectoral.
Ha muerto el rey… ¡viva el rey!. Sí. Con carácter de electo, ya tenemos nuevo reyezuelo en la persona de Enrique Peña Nieto pero hoy, déjeme darme gusto agregándole otros apellidos que debería llevar: Salinas de Gortari, Salinas Pliego