NO HAY NADA PEOR QUE TENER MIEDO A DECIR LA VERDAD
Por: Oscar Arias Sánchez
Ex Presidente de la República de Costa Rica
Premio Nobel de la Paz 1987
Quiero sumar mi voz a un coro de preocupación que recorre buena parte de nuestra América. Miles de estudiantes y opositores al gobierno del Presidente Nicolás Maduro en Venezuela fueron brutalmente atacados con armas de fuego por los cuerpos de seguridad. Tres personas murieron y al menos 26 han resultado heridas al finalizar una serie de protestas en Caracas y otras ciudades venezolanas.
En ningún país verdaderamente democrático uno va a prisión o es asesinado por pensar distinto o por querer manifestar su oposición a las políticas del gobierno. Venezuela puede hacer todos los esfuerzos de oratoria que desee para vender la idea de que es una verdadera democracia, pero con cada violación a los derechos humanos que comete niega en la práctica esa afirmación, porque reprime la crítica y la disidencia. Todo gobierno que respete los derechos humanos debe respetar el derecho de su pueblo a manifestarse pacíficamente. El uso de la violencia es inaceptable. Recordemos la advertencia de Gandhi: “ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”…



























Están claras las líneas del gobierno federal en materia recaudatoria: condonar millones a las empresas multinacionales y concentrarse en los causantes cautivos menores, sobre todo si se les concede el privilegio de la celebridad, para implementar el terrorismo fiscal. El objetivo es que bajemos la guardia ante los emisarios de la administración para, debilitados por el acoso, disminuya la presión social tomando en cuenta la crispación general en aumento como consecuencia de las reformas impopulares aprobadas a fines del pasado año. Sólo falta que nos ordenen permanecer en nuestras casas mientras la clase política, intocable, se pavonea ante nuestras ventanas.



