Las consecuencias de la 4T

Las consecuencias de la 4T

Las malas decisiones, las desatenciones, la falta de voluntad, la indiferencia ante los problemas que aquejan a la ciudadanía, se acumularon durante seis años, casi siete; hoy la realidad nos está alcanzando. Las muertes ya no son daños colaterales, el dinero no alcanza para los programas sociales, la escasez de vacunas ha traído enfermedades que ya se habían erradicado, la falta de inversión nos regresó al gusano barrenador, la corrupción nos perjudica el comercio, hay muchas cosas que hoy en día ya no se pueden ocultar porque hay estadísticas y cifras que dejan en claro que ese no es el camino.

Hoy aquel pretexto de abrazos, no balazos, ya no genera daños colaterales, ahora afecta el entorno de los políticos, a sus trabajadores, a sus familias, a ellos mismos. Los índices delictivos van bajando mes con mes, presumen en un entorno lleno de colegas, pero los asesinatos están a la luz del día. Sinaloa lleva 7 meses con una guerra entre grupos delictivos que ha generado mil 200 asesinatos, mil 100 desaparecidos, negocios cerrados, comercio perjudicado, miles de personas sin empleo y la fuerza del Estado en manos de Claudia Sheinbaum, nada más mirando.

Hoy se sabe que hubo miles de muertos en el sexenio de López Obrador, incluso, superando a los gobiernos anteriores a los que criticó; producto de la irresponsabilidad de un presidente que se negó a cumplir con la Constitución que lo obligaba a dar seguridad a sus gobernados. También hubo miles desaparecidos con la sospecha de que a los muertos los contabilizaban como desaparecidos para no incrementar la cifra.

Hoy se sabe que al no comprar las vacunas y dejar de hacer campañas adecuadas para los menores de edad, enfermedades como el sarampión y la tos ferina han regresado. Que la compra de medicamentos benefició a los hijos de políticos; hubo sobre precios y desabasto por incompetencia.

Debido a la corrupción y sospechas del narcogobierno que siempre se negó, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump quiere mandar sus soldados a México, hay sospechas de que les han retirado la visa a varios políticos, impuso aranceles por el tráfico de fentanilo que se negaba con cinismo, quiere renegociar el Tratado de Libre Comercio y tasaron un impuesto del 3.5 a las remesas, principal ingreso foráneo al país. Temas sencillos como invertir en granjas para contrarrestar al gusano barrenador hicieron que cerraran el paso del ganado al vecino país del norte por 15 días.

Si se habla de corrupción las cosas fueron igual que antes, los hijos del presidente, sus hermanos, su prima, fueron los primeros en abusar del poder para hacer negocios, cobrar cuotas, generar grupos de amigos a los cuales les otorgaron concesiones y negocios jugosos. Si miramos a los funcionarios o sus familias, la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, el de Tamaulipas, Baja California y una lista interminable han hecho negocios al amparo del poder, como los Bartlet, los Monreal y Adán Augusto. Del nepotismo ni hablar, Morena también creó sus clanes para ocupar espacios de poder desde lo más alto hasta lo más bajo de cualquier municipio. Los Batres, los Alcalde, los Monreal, los López, sólo son un ejemplo de su actuar.

Por ello, es bueno que los morenistas no sigan con su eslogan del segundo piso de la 4T, en primer lugar porque no hubo transformación, las cosas siguieron igual o peor en algunos rubros como ya lo hemos mencionado líneas arriba, y en segundo, porque sería catastrófico para La Mayoría Silenciosa que hubiera un segundo piso de algo mal hecho.

Tampoco hay un legado que cuidar, porque no hubo una sola obra de impacto que esté funcionando al cien por ciento, muchas de ellas han fracasado y otras más fueron acciones mediáticas que no abonaron, ni siquiera a la soluciones de los problemas de los mexicanos.

Gas bienestar, IMSS Bienestar, Mexicana de Aviación, la Mega Farmacia, LitioMex, la refinería de Dos Bocas, el mismo Aeropuerto Felipe Ángeles y el Tren Maya que no acaban de consolidarse, con ingresos muy por debajo de los presupuestado. Así las cosas, las evidencias apuntan a un fracaso total de la mal llamada 4T. Porque su líder moral, también destruyó el aparato de justicia, el derecho a la información y la libertad de expresión, mismas que la nueva presidenta adoptó de manera inmediata.

Muchos fanáticos de la 4T van a decir que los programas sociales, pero esos ya existían solo los perfeccionó y los usó como cualquier otro partido para generar clientelismo electoral. Por cierto, hay datos que indican que ya no hay dinero para sostener tanto tiempo los programas, incluso se redujo el gasto en desarrollo social en un 11 por ciento a principios de este año.