La Columna
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Por Juan Manuel Mejía Martínez
En junio –el día 5 para ser exactos- se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, ocasión propicia para que muchos gobiernos y pueblos del mundo realicen actividades encaminadas a preservar o rescatar la naturaleza; y es precisamente en este marco que tendría lugar la tala de 100 árboles de Paseo Tollocan, en Toluca, Estado de México, a fin de mejorar los accesos y movilidad entorno a un centro comercial.
Los trabajos de retiro de esos árboles se detuvo –merced a una espontánea movilización social que busca protegerlos-, pero las intenciones gubernamentales se mantienen. El gobierno ha convocado a dialogar a los inconformes, los cuales no son pocos, pues ya habría cerca de 40 mil firmas en contra, según consta en la página https://www.change.org/p/fernando-zamora-salvemos-los-%C3%A1rboles-de-paseo-tollocan.
La oposición social a dicho proyecto, alimentada a través de las redes sociales, apunta a reunir los mismos componentes del fallido Proyecto de la Terminal Norte de Toluca, en el que vecinos de colonias aledañas -que serían potencialmente afectadas- lograron su cancelación. Lo consiguieron con el concurso de medios de comunicación, líderes sociales, especialistas de la UAEM y, además, con el obispo de Toluca como mediador.
Aquel hecho, y la movilización social que busca detener la tala de árboles, nos revela el valor que la población tolucense da al entorno en el que vive, en donde la defensa del hábitat es más importante y legitima que cualquier argumento desarrollista. Y en el caso de Paseo Tollocan, además de su valor histórico y ecológico, su aprecio es tal que incluso motivo la creación de una asociación civil denominada Amigos del Paseo Tollocan, donante de dinero para su conservación.
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Dicen que la derrota es huérfana, pero que la victoria tiene cien padres, por lo que no será extraño que a estas alturas peñistas y eruvielistas –que participaron en la campaña- se estén adjudicando la paternidad de la victoria de la elección del 4 de junio.
Unos y otros aspiran a un cargo público en la nueva administración, pero será difícil que puedan coexistir en el nuevo gobierno de Alfredo del Mazo, como lo demostraron los evidentes jaloneos registrados durante la integración del equipo de campaña tricolor.
Y por otro lado, si ya de por sí la elección fue compleja, la integración del gabinete augura ser un asunto igualmente complicado: del Mazo deberá ponderar que le representaría en términos de imagen contar con un gabinete conformado por reparto de cuotas, o un gabinete propio. El primer escenario lo mostraría débil, el segundo como un gobernante con carácter.
Lo cierto es que del PRI mexiquense, ni todos los que son, ni todos los que están, podrán caber en la estructura burocrática del gobierno estatal, ya que además de los eruvielistas y peñistas participantes en la campaña, falta contar a los delmacistas y a todos aquellos servidores públicos que retornarán al Estado de México desde la federación, si es que el PRI no logra retener la Presidencia de la República el 2018. Ups.
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El sonorense Manlio Fabio Beltrónes podrá ir desempolvando el compendio de planteamientos e ideas que no pudo presentar a la militancia priísta en la pasada contienda interna para elegir candidato presidencial. Aquella ocasión se privilegió el perfil del candidato, en lugar del debate de proyectos que él proponía.
Y es que el titular de la SEP, Aurelio Núño, anunció -en entrevista para el diario El Universal- que esta ocasión el proceso interno se hará al revez, es decir, “el proyecto, antes que el hombre”.
¿Mensaje velado a Manlio?, o quizá sólo una deferencia por la cortesía que el sonorense tuvo con Aurelio Núño, al incluirlo –en una entrevista con Impacto- como uno de los tres secretarios con mayores posibilidades de obtener la candidatura presidencial. Los otros dos mencionados por Manlio fueron Miguel Ángel Osorio Chong y el ex rector José Narro Robles.