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EL DESPOTISMO IGNORANTE

EL DESPOTISMO IGNORANTE.

Mario Rosales Betancourt

La supuesta “cumbre” entre nuestros funcionarios encabezados por Marcelo Ebrad  y el Vicepresidente y Secretario de Estado norteamericanos, acabo como el parto de los montes, mucho ruido, pocas nueces                                        El problema es que el Estado Mexicano, se enfrenta a un déspota ignorante, que por su ambición personal de continuar en la presidencia, no le importa el daño que nos  ocasione a todas las personas e instituciones mexicanas, incluso ni siquiera  a ciertos grupos de consumidores norteamericanos, ni mucho menos al Estado de derecho mexicano, estadounidense  e internacional.                       Lo que pretende lograr Trump,  de nuestro país, es que se convierta en tercer estado seguro  y para ello por un lado reprima violenta y radicalmente,  el ingreso de migrantes pobres, y por otro que cargue con los costos económicos y efectos sociales de quienes ya  estan o se devuelvan a México aunque no sean mexicanos.                          Esto es claramente un acto de intervencionismo contrario al derecho Internacional, que atenta contra la soberanía nacional, porque pretende imponer un actuar de México en su propio territorio,  y que significaría que México por la presión de Trump, se vería obligado  a incumplir con su propia legislación interna  y con los tratados internacionales que lo obligan.                                        La legislación migratoria que tenemos, y que es muy respetuosa de los derechos humanos de los migrantes, la promulgó Felipe Calderón,  ya al final de su mandato.  O sea se ha dejó como una papa muy caliente al Gobierno de Peña Nieto, que no pudo derogarla, dada la regla de la progresividad de los derechos Humanos, que implica que no se puede retroceder  sino solo avanzar en éste campo. Desde luego esta legislación   no previó una situación tan grave como la actual.                       Pero además del impedimento legal, México no tiene la capacidad ni económica ni real, de hacer lo que quiere Trump, los que conocemos la frontera que tenemos con Belice y Guatemala, sabemos que es imposible un control como el que existe entre la frontera de Estados Unidos con México, no tenemos la posibilidad de dedicar  más Guardia Nacional, Ejército o Marina  a tareas de represión y control de flujos migratorios. Pero Trump no sabe y no entiende el principio del derecho romano de que nadie está obligado a lo imposible.               Y desde luego el remedio que pretende lejos de resolver el problema migratorio lo agravaría, al afectar la economía mexicana, por un lado se incrementaría la migración mexicana,  al haber menos trabajo en México, y por otro lado el Gobierno tendría menos recursos para atenuar el problema.                 Pero ante quien no solo actúa como un bravucón, sino cómo un delincuente, que tiene mucho más poder  y fuerza que su víctima, no es nada fácil actuar. México no es culpable de los fenómenos sociales que producen la creciente y descontrolada migración. Los productores que pueden ser afectados por los aranceles menos, o sea se ataca a inocentes ajenos a las políticas migratorias.       Seguirán platicas pero con funcionarios de menor nivel, la fecha 10 de junio ahora no se olvida, pero ahora por otra causa.

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