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Desde el portal Ángel Soriano Reglamento

Desde el portal

Ángel Soriano

Reglamento

 En votación económica el Senado de la República aprobó el acuerdo de la Junta de Coordinación de exhortar al jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera a ampliar el plazo de la entrada en vigor del nuevo Reglamento de Tránsito de la CDMX a 60 días adicionales, para que la ciudadanía conozca plenamente sus nuevas disposiciones.

 La senadora del PAN, Mariana Gómez del Campo, fundamentó el punto de acuerdo dado que con los nuevos ordenamientos las multas se incrementaron drásticamente.

 Por su parte el Consejero Jurídico del GDF, Manuel Granados, dijo que el nuevo Reglamento de Tránsito entró en vigor desde el primer minuto de este martes 15, y no habrá prórroga para aplicar las nuevas sanciones pues hubo una campaña de distribución gratuita de medio millón de  reglamentos, en una primera etapa y en una segunda un millón, además de redes sociales y apps.

  Sin duda hubo una campaña de difusión y la entrada en vigor es irreversible, pero habrá que ver la reacción en la realidad de los automovilistas que, se calcula, en miles serán sancionados cada hora y, aunque hay algunas disposiciones acertadas y aceptables, hay otras inaceptables porque lejos de regular la vialidad lo agravará, como todas las disposiciones que pone en marcha el gobierno capitalino, no en ésta, sino en las sucesivas administraciones.

 Falta, además de capacidad, criterio para ordenar la vialidad. Bastaría ver en los ejes viales cuando ocurre el cambio de circulación, el embotellamiento que se forma cuando los automovilistas son sorprendidos por el cambio de circulación y decenas de agentes de tránsito están prestos a detener y consignar a los distraídos infractores. Los cambios de sentido lo único que hacen es mandar a otras calles el intenso tráfico.

 En Abraham González y Donato Guerra, exactamente donde un transportista golpeó a un gruyero, el letrero de no estacionarse se encuentra oculto tras las ramas y la grúa lo púnico que hace es dar vueltas a la manzana –Donato Guerra, Bucareli, Morelos- porque cada 10 minutos cae un automovilista; resulta que los gruyeros argumentan que “se nos acabó” el talonario de infracción y buscan un arreglo con el automovilista. Cuando se argumenta que no es visible, indican que “ese no es mi problema, nosotros no colocamos los letreros”.

 La vialidad en la CDMX se ha convertido en un inmenso negocio para las autoridades capitalinas, negocio lícito e ilícito, pues cada segundo es infraccionado en cualquier punto de la ciudad, por cualquier motivo, un automovilista, y los ingresos que obtienen desde los uniformados hasta el gobierno a través de las cajas registradoras, suman millones de pesos, quizá un ingreso comparable con el que recauda la Basílica de Guadalupe cada diciembre.

 Y pese a todas las medidas y sus bondades, lo cierto es que el problema de la vialidad, de la movilidad, del transporte, o del traslado de millones de personas, no ha sido resuelto en las últimas décadas porque las actividades de la Nación se concentran en la ciudad de México hacia donde arriban también diariamente miles de personas atraídos por el subsidio al transporte que, en comparación con cualquier ciudad del interior de la República es más barato.

  Y mientras el DF sea atractivo y no se propicie el desarrollo regional del país, el problema vial –y el negocio- seguirá creciendo, los habitantes padeciendo el problema, y la solución se prolongará más por privilegiar el ingreso fácil del gobierno a dar soluciones de Estado al complejo problema de tránsito en la ciudad de México.

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