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Comunicación y periodismo contemporáneo en América

Comunicación y periodismo contemporáneo  en América 

Zenobio Saldivia Maldonado

Vice-Presidente de CONAPE en Chile

Director Internacional de Cultura de Prensamérica Internacional, Costa Rica, Chile.

  

Sr. Pedro Pablo Polo Presidente Organizador del 2do Encuentro Internacional de Periodistas Valledupar, Colombia.

Sr. Raúl González Nova, Presidente Internacional de CONAPE, México.

Sr. Rafael Loret de Mola, distinguido periodista en cuyo nombre y trayectoria se ha instituido el Premio Pergamino de Oro, México.

Sr. Roberto González Short  Presidente de Prensamérica Internacional. Costa Rica y Chile.

Autoridades académicas, periodísticas y civiles en general.

Colegas y amigos todos:

Para este servidor chileno dedicado a la docencia y a la investigación sobre temas de Historia de la Ciencia de Chile y América y a la creación de modestos artículos sobre humanidades, ciencias sociales y sobre la evolución de la ciencia  en nuestros países latinoamericanos, es un alto honor estar acá en la ciudad de Valledupar, Colombia, para compartir con preclaros colegas de distintas nacionalidades, ora sobre temas periodísticos, ora sobre temas socioculturales.

Y en este emotivo momento en que se me ha otorgado este señero Premio, debo señalar que  es un reconocimiento que honestamente no buscaba, pues siempre me había movido en las esferas de las universidades, pero así como el conocimiento es acumulativo y avanza  de manera muy acelerada en nuestros tiempos, también a nosotros como ser humano y como profesionales nos tocan estos giros. Así desde hace unos años me he venido acercando al mundo de los editores y de la comunicación en general, principalmente como ya he indicado desde la perspectiva humanista y de los temas socioculturales, por ejemplo, y de los estudios sobre la ciencia, la tecnología y sus distintas expresiones e impacto. Y en este sentido me enorgullezco de entrar a este universo humano y social, que se esfuerza por entregar a la sociedad lo mejor de sí mismo, como profesionales, muchos  de los cuales han ofrendado su vida por sacar a la luz eventos o situaciones  encriptadas, otros arriesgan su vida,  y otros sufren persecuciones o son marginados de los centros y o de los espacios públicos

Desde mi perspectiva, por tanto, siento que este reconocimiento me toca muy hondo en mi ser interno y me insta a seguir trabajando para difundir los valores implícitos propios del quehacer periodístico como elemento humanista y articulador de la sociedad, no sólo desde los temas de nuestra  contemporaneidad, sino también  desde los estudios históricos, por ejemplo revisando el rol social y político de estos agentes en sus primeras escaramuzas en las revistas científicas y en los periódicos del Siglo XIX; tal como lo hicimos hace unos años en Chile, cuando junto a una joven periodista, revisamos el papel de estos profesionales en el Diario El Mercurio de Valparaíso,  especialmente en relación a las nociones de progreso y de ciencia, que ellos mostraban en su tiempo. Con esto, quiero indicar que también demos  estudiar a estos profesionales de la comunicación desde su génesis misma como agentes sociales  y como difusores del conocimiento por una parte y como faros que mostraron y continúan entregando luces y mensajes que hablan del hombre, de sus inquietudes y de sus debilidades, por otra.

En estos días he pensado mucho en el difícil  rol profesional  de los comunicadores y de los periodistas, que estamos ciertos no se agota en lo que de ordinario cree el vulgo: entregar y traspasar información sobre eventos y acciones de otros agentes sociales y culturales, a los lectores, a los radioescuchas o los telespectadores. Eso es solo un entramado de presentación formal. Detrás de cada entrega noticiosa, social o cultural de vosotros, sabemos que hay un megaproyecto universal en juego y con el cual todos los que estamos aquí nos identificamos:  Es una cuestión valórica, es el gran objetivo de aportar con vuestro sello personal y con vuestro medio u órgano periodístico, nuevos elementos para la construcción  de  la verdad, para hacer que ésta aflore de la sombra, de lo oculto, o de los entramados maliciosamente construidos para encapsularla. En este contexto entonces,  vemos que el papel del periodista apunta a encontrar un camino para asumir  la eterna tarea humana y filosófica de la construcción de la verdad; no tanto de la verdad fenomenológica, acerca de la naturaleza y de la estructura de tal o cual situación, ni de la verdad histórica trascendente, que requiere la decantación en el tiempo y en la comprensión del espíritu de cada época y que necesariamente vendrá de suyo; sino más bien aspiramos a la verdad humana de cada situación, de cada avatar; esto es, metafóricamente hablando, hacer lo que ya nos sugirió  Platón en la Grecia clásica: Recorrer el Mito de la Caverna,  entrar al subsuelo obscuro, observar, pensar, regresar y difundir aquella condición humana.

Ahora bien, esto en nuestra realidad contemporánea como comunicador latinoamericano, es equivalente a aquello y es lo que hacemos: entrar donde otros no han entrado y tras una reflexión sostenida y cuidadosa, traer a presencia la mirada de éste y de aquél, del especialista, del consagrado, de los que dirigen las instituciones y de los que están disfrutando el éxito en sus disciplinas; pero  también frente a cada situación, incluir el sentir de los grupos marginados, de los no incluidos en la red social, del  humilde y del que se quedó entrampado en el sistema educacional. Sabemos que esto es vital, pues sólo la interacción de opiniones y la superposición de visiones, pueden ayudarnos a rescatar lo cualitativo de la situación, y no sólo engrosar datos, o tablas casuísticas.

Lo anterior, si lo pensamos cuidadosamente, es claramente una misión difícil y casi epopéyica  en nuestros tiempos pues requiere de un voluntad firme, de una convicción axiológica muy sólida, y de un cierto alejamiento de la riqueza, pues todos vosotros los comunicadores trabajáis para la verdad no para el enriquecimiento, y en este sentido Uds. tienen muy claro que la praxis periodística, si ha de ser honesta, lleva un riesgo implícito que es incomodar a alguien o a algunos, pero no hay trabajo periodístico aséptico o neutral pues de plano ser comunicador social es ser un amante de la verdad, es seguir el legado de Platón, es traer a presencia lo velado.

Y en este caso, éste  ha sido a mi juicio, el camino elegido por los destacados periodistas que han dado vida y materializado este hito. Este ha sido el camino de vosotros y al cual modestamente  en representación de Chile, me sumo con orgullo y humildad.

(*)  Discurso del escritor Zenobio Saldivia M. luego de recibir el Premio Pergamino de Oro Rafael Loret de Mola (2015), otorgado a los más destacados a los articulistas, periodistas y exponentes de las comunicaciones en Latinoamérica. En Valledupar, Colombia,  Agosto del 2015.

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