Los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tardaron siete años en reconocer violaciones a los derechos humanos de la francesa Florence Cassez y no hubo un debido proceso en los delitos que se le imputaron, por lo que se le otorgó un amparo liso y llano que le permitió salir de prisión como Jefa de Estado y ser recibida en la capital de Francia como una verdadera estrella de cine.
El nuevo montaje permitió la “reivindicación” de la justicia mexicana al reconocer acciones de prepotencia e impunidad en altos funcionarios panistas del Gobierno anterior que, en opinión de la misma Florence, son los que deben estar en la cárcel porque son muchas las víctimas que sufren y han sufrido las consecuencias del abuso de poder en nuestro país.
Sin embargo, como consumados actores, los ministros de la Corte “debatieron” acaloradamente el asunto Cassez, cuando el operativo de su liberación estaba perfectamente bien montado, con motociclistas, escoltas, asientos en primera clase en la línea aérea en la que viajaría a Francia, y todo debidamente arreglado una vez que la SCJN terminara su deliberación que “estuvo a punto” de venirse abajo con la oposición de algunos ministros...