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Almoloya de Juárez, México. – cinismo de Adolfo Solís no conoce límites. En un acto tan vulgar como desesperado, el alcalde —reconocido por su afición al desorden y la botella— mandó pintar la barda perimetral del Panteón Municipal de Almoloya de Juárez con los colores de su partido, el Verde Ecologista. Un intento burdo y ofensivo por colarse a la fuerza en el ánimo de una ciudadanía que ya le dio la espalda con un claro 3 a 1 en las urnas.
Lo que para él parece una estrategia política, para la gente representa una grosera falta de respeto. Ni siquiera los difuntos se salvan del oportunismo de un político que ha hecho de la incongruencia su bandera. Utilizar el descanso eterno como plataforma de propaganda no solo es inmoral, es una afrenta directa a la dignidad de toda una comunidad.
Pero claro, ¿qué se puede esperar de alguien que ya ni guarda las formas? El color verde no disimula su gris desempeño ni su decadente necesidad de atención. Si Adolfo Solís pensó que pintando un panteón ganaría votos, lo único que ha conseguido es pintar, una vez más, el retrato de su propio fracaso.