23 días de negligencia, 23 días de riesgo, 23 días de desprecio por la vida de la gente
Almoloya de Juárez, México. – Lo que debería ser un derecho básico se ha convertido en un peligro mortal para miles de familias. La irresponsabilidad de Adolfo Solís Gómez, presidente municipal de Almoloya de Juárez, ha dejado sin tratamiento el agua potable al negarse a renovar el contrato con la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) para el suministro de hipoclorito, indispensable para la desinfección del agua.
No es un error administrativo. No es una omisión inocente. Es negligencia criminal. La decisión, plasmada en el Oficio No. ADJ/PM 068/2025, firmado por el propio Solís Gómez el 29 de enero de 2025, no deja lugar a dudas:
“Al respecto, y derivado de que el contrato que la administración municipal 2022-2024 tenía suscrito con la CAEM venció el 31 de diciembre de 2024, me permito informar a usted que la actual administración que me honro en presidir se abstendrá de renovar dicho instrumento, por no requerir más de sus servicios.”
¿No requerir más de sus servicios? ¿Dejar de clorar el agua que consumen miles de personas? Esta no es una simple decisión administrativa, sino un atentado directo contra la salud pública.
¿Desidia, Ignorancia o Corrupción?
La falta de hipoclorito convierte cada vaso de agua en una amenaza latente. El cloro es el principal agente germicida para eliminar bacterias, virus y parásitos. Sin él, las consecuencias son inmediatas y devastadoras:
1. Riesgo Sanitario Inminente: El agua sin clorar es un criadero perfecto para bacterias como E. coli, salmonela y otros patógenos capaces de provocar brotes de diarrea, fiebre tifoidea y cólera.
2. Enfermedades Dermatológicas y Oftalmológicas: El contacto con agua no tratada provoca irritaciones en la piel y los ojos, afectando principalmente a niños y personas con sistemas inmunodeprimidos.
3. Contaminación de la Red: Sin desinfección continua, las tuberías se convierten en focos de infección, propagando enfermedades desde la fuente hasta cada hogar.
La gravedad del asunto es tal que la propia CAEM intentó retirar los equipos de cloración, una acción solo detenida por la intervención de los comités de agua potable, quienes han mostrado más responsabilidad y compromiso que el propio gobierno municipal.
Mentiras y Manipulación: Un Gobierno Ciego y Sordo
Lejos de aceptar su error y rectificar, Adolfo Solís Gómez ha optado por el camino más ruin: la desinformación. En lugar de buscar soluciones, ha contratado voceros afines para minimizar la gravedad del problema, intentando ocultar la verdad tras un muro de mentiras y omisiones.
Pero la realidad es innegable. Cada día sin tratamiento aumenta el riesgo de brotes infecciosos, mientras la administración municipal permanece indiferente, como si la salud de la población fuera un daño colateral aceptable en su juego de poder y negligencia.
¿Cuántos Enfermos Más, Señor Presidente?
La omisión en el tratamiento del agua no solo demuestra ineptitud, sino una absoluta falta de humanidad. No es exagerado decir que esta administración está jugando con la vida de la gente. ¿Esperan ver hospitales saturados? ¿Niños enfermos? ¿Muertes evitables?
La incompetencia de Adolfo Solís Gómez ha dejado de ser un problema administrativo para convertirse en un delito moral y político. Y como todo delito, merece consecuencias.
La pregunta es clara: ¿Cuántas víctimas más se necesitan para que esta administración actúe?
Exigimos Soluciones, No Excusas
El acceso a agua segura no es un lujo ni un favor del gobierno. Es un derecho humano fundamental que Solís Gómez está pisoteando con arrogancia y desprecio. La población no puede seguir siendo rehén de la incompetencia gubernamental.
Exigimos respuestas inmediatas, soluciones concretas y la rendición de cuentas de quienes, por negligencia o corrupción, han puesto en riesgo la salud pública.
La inacción es complicidad. Y la complicidad, en este caso, cuesta vidas.
Esperemos que este lunes que #AdolfoSolísGómez citó a reunión urgente a los comités independientes de una solución concreta.
