Por Raúl González Nova
Almoloya de Juárez, México. – En la actual administración municipal encabezada por Adolfo Solís Gómez, parece que los únicos que gozan de derechos y privilegios son los funcionarios cercanos al poder. Un caso evidente es el de Rosalva Malvaez de Jesús, ex candidata a la presidencia municipal por el Partido Acción Nacional y actual directora del área jurídica del Ayuntamiento.
Lejos de poner el ejemplo como servidora pública, Rosalva reproduce y normaliza los abusos del poder. Basta con ver cómo coloca cajas, tubos y demás objetos para apartar lugares de estacionamiento a su antojo en su negocio. Si desde dentro del gobierno se permite este tipo de actos, ¿cómo puede el presidente municipal exigir orden y respeto a la ciudadanía?
Este tipo de conductas reflejan el verdadero rostro de un gobierno que aparenta gobernar, pero que en los hechos solo simula y encubre. ¿Dónde están los inspectores de Gobernación y Seguridad Pública? ¿Por qué no actúan ante estas irregularidades que están a la vista de todos los vecinos de Almoloya de Juárez?
Lo cierto es que este gobierno de baja calidad moral no tiene mala prensa, tiene malas prácticas. No es que se le critique sin fundamento; es que se le señala por no gobernar, por encubrir y por amedrentar a quienes no comulgan con los caprichos del llamado “circense” Adolfo Solís y sus incondicionales.
Dicen que uno les tiene mala voluntad, pero la realidad es que los que actúan con mala fe son ellos, quienes en lugar de gobernar, se dedican a simular, encubrir y perseguir a quienes no se alinean a los intereses del “circense” Adolfo Solís y sus secuaces.
Mientras tanto, el municipio sigue sumido en el desorden, la simulación y el hartazgo ciudadano.
