* “El Circense” endeuda a los almoloyojuarenses con complicidad del cabildo
Por Raúl González Nova
https://www.facebook.com/share/v/1BobFLPqnJ
Almoloya de Juárez, México.– A siete meses de iniciar su gestión, #AdolfoSolísGómez ha demostrado que las promesas de campaña eran puro espectáculo. Fiel a su apodo de “el circense”, el alcalde ha convertido su administración en un show vacío de resultados, mientras el municipio sigue hundido en el abandono.
Hasta ahora, no hay obras relevantes, los trabajadores municipales siguen sin cobrar puntualmente y, para colmo, sufren descuentos arbitrarios en sus salarios. Pero el golpe más reciente es aún más grave: Solís Gómez pretende endeudar al municipio con 66 millones de pesos, según él, para ejecutar obras como la ampliación a cuatro carriles del camino a San Francisco Tlalcilalcalpan.
La pregunta es: ¿dónde están los estudios técnicos, los planes ejecutivos, los análisis financieros? No existen. Peor aún, el cabildo aprobó este millonario endeudamiento sin exigir explicaciones. Nadie preguntó cuánto costará realmente este préstamo, cuáles serán los intereses, en qué se va a gastar cada peso, ni cuánto tiempo tardará el municipio en pagarlo.
¿Vale la pena hipotecar el futuro de Almoloya de Juárez sin garantías ni transparencia? ¿O estamos frente a otro capítulo más del circo político donde el único que gana es el alcalde y su círculo más cercano.
Mientras tanto, los ciudadanos siguen esperando lo básico: calles dignas, seguridad, servicios, y un gobierno que no solo les dé pan y circo.
¿Para qué es el dinero? Según el alcalde, se usará para ampliar a cuatro carriles el camino a San Francisco Tlalcilalcalpan. Pero no existe ningún proyecto ejecutivo público, ni evidencia de que esa obra justifique un préstamo tan alto. La deuda comprometerá el presupuesto de futuras administraciones y podría empujar aún más al municipio a la quiebra técnica.
Este no es un plan de desarrollo, es una apuesta peligrosa disfrazada de progreso. Es pan y circo, mientras la población sigue sin servicios básicos, sin seguridad, sin obra pública y sin respuestas.
Hoy, Almoloya de Juárez no solo está mal gobernado: está siendo hipotecado.
