La Mayoría Silenciosa
Usar las urnas contra AMLO en el 2021
**Del Mazo: ¿Con las mujeres o con los notarios?**
**Ramírez Cuellar quiere ser protagonista, pero no aporta soluciones**
Las consecuencias de la pandemia del COVID-19 ha incrementado las molestias contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, si bien es cierto que la economía, la violencia, los robos en todas sus modalidades vienen deteriorándose desde hace décadas, el fracaso del presidente para detener estos problemas demuestra ante los ojos de La Mayoría Silenciosa, incapacidad.
La marcha de autos del pasado fin de semana, auspiciado principalmente por la clase media, no tendrá eco si no son capaces de alargar los temas hasta el 2021, en las urnas. El Frente Nacional Anti Amlo (Frenaa) demostró poca convocatoria en algunos estados y en otros algo razonable, pero si se toma en cuenta el padrón electoral de México, su marcha no les alcanza para frenar la mayoría que tiene Obrador y Morena en el Congreso de la Unión.
Hay dos visiones de la marcha; la primera muestra la inconformidad de La Mayoría Silenciosa ante la incapacidad de un presidente para gobernar con las reglas establecidas y respeto a las instituciones. La segunda, ve una sociedad de clase alta que está inconforme porque ha perdido privilegios. La óptica la imponen los militantes de partidos a través de las redes sociales, más no a través de un debate serio y estructurado de las decisiones del gobierno.
Lo cierto es que la sociedad está cansada, sexenio tras sexenio se le apuesta a tener un presidente digno que saque adelante los problemas que a diario vivimos en las calles, los negocios y casas, sin tener un mínimo de éxito en la solución.
En esta ocasión la pandemia acrecentó los problemas y el presidente no da muestras de querer voltear a ver a La Mayoría Silenciosa, que no sólo pierde empleos a diario, también cierra negocios, vende sus pertenencias para subsistir y seguramente muchos sacarán a sus hijos de escuelas privadas ante la incapacidad de pagar su educación.
Desafortunadamente vivimos en un país donde la clase política sí tiene privilegios y no le interesa resolver problemas, mientras ellos estén bien; nuestra clase política no ha cambiado, no importa si son de izquierda, centro o derecha, quieren llegar al poder para enriquecerse. A lo largo de la última década hemos visto manifestaciones multitudinarias sin que nuestros gobernantes se tomen la molestia de hacer algo para resolver nuestros problemas.
Por esta razón debemos regresar a lo mismo, manifestarnos en las urnas, castigar las decisiones con nuestro voto y esa oportunidad la tenemos en el 2021, ahí es donde debemos volcarnos para decirle al presidente Andrés Manuel López Obrador, que estamos inconformes con sus decisiones.
Pero no todo lo tienen que hacer los gobernantes, La Mayoría Silenciosa tiene el deber de informarse, prepararse y capacitarse para tener mejores logros como sociedad y ser objetivos a la hora de calificar a nuestras autoridades. Basta de tolerancia a la corrupción, de no tener empatía con los afectados por el maltrato, la inseguridad, la injusticia e incluso con los que se manifiestan, no importa si con clase baja o media.
En el EdoMéx
El caso de la notaria 102 que encabeza Horacio Aguilar Álvarez de Alba, pondrá a prueba una vez más al gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, la impunidad que maneja la entidad para casos relevantes de violencia de género será evidente si no castiga al notario luego de ser exhibido en redes sociales cuando agredió a su mujer. Del Mazo se encuentra entre la espada y la pared; por un lado dice que está a favor de las mujeres y por el otro, está su alianza con los notarios, quienes durante muchos años han tapado la riqueza de bienes inmuebles de la clase política mexiquense.
En su favor tiene que son muchos los ciudadanos que le exigen retirar la patente al notario por violar el Código de Ética Notarial del Estado de México y que el historial de Aguilar Álvarez de Alba tiene mucho fondo desde que fue acusado de acoso sexual por una alumna en la Escuela Libre de Derecho.
Para Alfredo del Mazo llegó la hora de tomar decisiones, si quiere destacar ante La Mayoría Silenciosa o pasar a la historia como uno de los gobernadores más grises de la época moderna.
En Morena
Alfonso Ramírez Cuellar, líder nacional de Morena quiere ser protagonista, llegó con la espada desenvainada y quiso auditar la riqueza, después solicitó aumentar un peso el cobro de impuestos a cerveza, refrescos, cigarros y alcohol, recursos que serían destinados para el sector salud.
A pesar de las buenas intenciones, Ramírez Cuellar debe de entender que su propuesta castiga mucho a la clase media y baja y no resuelve los problemas de fondo que padece La Mayoría Silenciosa. Si no quiere ser un florero y ser protagonista, esperamos sus propuestas para terminar con la inseguridad, la corrupción -que hasta ahora sólo ha sido bandera virtual de su presidente- y la reactivación económica de México, todo lo demás que haga o diga es mediático.