LA CEGUERA DE LOS CIUDADANOS HACE OLVIDAR LA IMPORTANCIA DEL CONCEJO
LA CEGUERA DE LOS CIUDADANOS HACE OLVIDAR LA IMPORTANCIA DEL CONCEJO
Por: William Hundelshauseen Carretero Presidente Nacional APIC.
Es irritante el ambiente electoral que estamos observando en los últimos días, denuncias de candidatos contra otros y amenaza de muerte a un aspirante para que se retire ya que este ha subido vertiginosamente en las encuestas; pero los candidatos mantienen su posición y señalan promesas que difícilmente, en algunos casos podrán cumplir, es común ver que muchos de ellos no sueltan el micrófono y prometen de todo. Construir puentes donde hay semáforos, abrir vías para que el flujo vehicular sea rápido, terminar transcaribe (acaso el actual alcalde no lo va a poner en funcionamiento este 11 de noviembre), poner en ejecución varios proyectos de viviendas de interés social; hacer colegios, dar más empleo, acabar con la pobreza, poner más policía para acabar con las pandillas y de hecho la inseguridad, y convertirse en los médicos para curar todos los males sociales que aquejan a la ciudad. Pero la verdad es que más de la mitad de esas promesas terminan en discurso y cuando consiguen los votos, no vuelven a aparecer y vivimos cuestionado la participación de algunos de ellos, que al decir de la opinión pública y de las mismas autoridades están cuestionados, por nexos con personas o entidades de dudosa honorabilidad y también se registra el fenómeno de quienes como contratistas desde ahora apoyan determinada campaña, pero una vez el personaje esté en el gobierno, proceda a la devolución de los invertido, pero triplicando su valor, por eso usted ve que algunos de los aspirantes al Concejo, Asamblea, Alcaldía y Gobernación han gastado enormes sumas de dinero, que pueden superar el monto de lo autorizado por ley, pero la dificultad consiste en comprobar esta anormalidad electoral. La ceguera de los ciudadanos, partidos políticos y medios de comunicación de comprimir la elección de octubre a una puja por la alcaldía y gobernación, hace olvidar la importancia del concejo. Podría apostar que la gran mayoría del elector primario de Cartagena se queja con indignación por lo que sucede socialmente a su alrededor después de haber elegido a un coadministrador del distrito, porque no se acuerda por quién votó para el Concejo porque el líder de su barrio le dijo que marcara un logo del partido y un número. Los mismos que, de hecho, no saben para qué sirve un Concejo y los mismos que buscan todas las respuestas a sus males en la gestión de su alcalde. Sin embargo, tan importante como no equivocarse en la escogencia de un alcalde o gobernador es no rajarse a la hora de elegir a un concejal, un hecho que soslayamos con frecuencia y por eso nos va mal posteriormente. Recordemos que la ciudad funciona como cualquier empresa de Mamonal. Por más bueno y experimentado que sea un gerente, la compañía nunca llegará lejos si su junta directiva tiene a miembros corruptos, sin preparación o interesados únicamente en chantajear o bloquear al administrador de turno. El alcalde y Gobernador se han convertido cada vez más en rehenes de los concejales y diputados y si estos sólo quieren puestos y contratos y no cuentan con las credenciales éticas que les permitan acceder a semejante función pública, la ciudad se va al fracaso estancando su progreso y desarrollo; repitiendo esta tragedia cada cuatro años y entre más avanza el tiempo, peor nos va con el concejo. Se trata de un mal mayor, si tenemos en cuenta que además de la aprobación de los planes de ordenamiento territorial de cada municipio, los concejos intervienen en la definición de sobretasas, valorizaciones y contribuciones especiales de esas que afectan directamente nuestro bolsillo. Aprueban los presupuestos y autorizan el endeudamiento del Distrito para adelantar obras de gran impacto. Por eso el Alcalde comprometió vigencias futuras excepcionales por más de 5 mil millones de pesos. De igual manera el Concejo le aprobó en marzo de este año un crédito con la banca comercial por 250 mil millones de pesos habiendo otras prioridades y se hicieron sentir las múltiples críticas a la administración por la ola reinante de la inseguridad en Cartagena, la movilidad de la ciudad y la cobertura educativa con niños sin asistir a las aulas. A pesar de semejantes responsabilidades, el panorama ha sido dramático en los últimos años: el desgano electoral o la ignorancia frente al Concejo mismo han hecho que, por ejemplo, el 60 por ciento de los ciudadanos no votaran en los comicios de 2011. El Alcalde a escasos meses de entregar su mandato sigue justificando que la mala administración correspondía a una sucesión de alcaldes encargados anteriores y por eso las ejecuciones de las obras viales, en escuelas, puestos de salud, traslado de Bazurto, obras en caños, la construcción de una nueva Central de Abastos y la puesta en marcha de Transcaribe, al menos en esta alcaldía no arrancará porqué LA CEGUERA DE LOS CIUDADANOS HACE OLVIDAR LA IMPORTANCIA DEL CONCEJO